27.2.14

Hay un gato...

Hay un gato atrapado en la lluvia. Le mía, la mira, le llora y adora.
Hay un gato atrapado a la luz de la luna. La mira, le asfixia, le gruñe, la hunde.
Hay un gato atrapado a la mitad de la noche. Le tose, la roza, le grita, la humilla.
Hay un gato en un bosque, en la lluvia, en la luna, en la noche. Un gato que maúlla y llora, gruñe y grita, y se hunde mientras se humilla, mientras se moja, mientras se encoge.
Hay un gato atrapado en su mente. En su aparente mente, en su desesperada mente, en su ridícula mente.
Hay un gato que desaparece. Como olvidando la lluvia, como olvidando la luna, como olvidando la noche y todo eso a lo que maúlla.
Hay un gato no se merece. Que se enfurece, que se tuerce y endurece. 
Hay un gato que se va, dejando huellas atrás, pasos marcados, maullidos entonados.
Hay un gato que se fue. Arañando el futuro, partiendo duro, un caminante más para el camino con el único final seguro...

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