16.1.10

Tal vez es sólo el mundo de mi cabeza, que gira y se distorsiona, como fuentes de agua con pinturas, que aunque el agua no sea cristalina, se vuelven en cristales, cristales que reflejan mil partes separadas, reflejan lo que no quiere ser reflejado y se convierten en espejos ciegos, que sólo hablan hablan pero no ven qué hay adelante de sí.