22.6.12

El reflejo.

Se cansó de esperar a un príncipe azul. Se enamoró de las curvas ante un espejo. Se enamoró de los labios, los ojos y los cabellos. Se enamoró de la piel, de los senos y los pezones. Se enamoró de lo que reflejaba al verse, de la mujer, de la princesa interna. Se cansó de imaginar a un príncipe azul, sobre todo porque nunca estuvo ahí, nunca lo pensó, nunca lo sintió, nunca se confió. Se enamoró del reflejo del espejo, de las diosas en un mundo de mortales. Mujeres. Una princesa en los ojos de otra.