21.11.09

Es por costumbre

Y si estoy pensando en ti es por costumbre. Sólo con tenerte en mente comienzo a suspirar, no sé cómo olvidar o desde dónde comenzar a andar. La magia se apaga con cada día más de distancia. No te siento, y te quiero sentir; no te encuentro, y te comienzo a escribir. Las horas pasan en este fúnebre cuarto oscuro, y tu imagen reflejada en mi ojos sólo me dice adiós. Adiós a los momentos de calma, adiós a los cálidos abrazos, adiós a las tardes de deseos, adiós a mi vida a tu lado, adiós a mis días de felicidad. Con una mirada dejé de existir, y a tus besos dejé partir. Y si estoy pensando en ti es por costumbre. Costumbre de no olvidar y recordar, de querer volver a ti, de querer superar el miedo, de querer estar a tu lado y sonreír. Sonreír como esas noches a la luz de las estrellas, con un pájaro danzando en nuestras sombras; sonreír como esas tardes al relfejo del agua, donde terminaron mis sueños y comenzaron mis pesadillas. Ahí, donde tu vida me dio la espalda y con cada trote se alejó de mí. Ahí, donde finalmente desaparecí.

16.11.09

Y para cuando despierte el dolor seguirá.

El modo invisible en el que están las cosas ya no funciona. Los límites han jugado un papel importante y esta impotencia va a seguir creciendo.
El día en que decida dejar de amarte, será el día en que deje de respirar. Y aún sin entender el por qué de las cosas, me sumerjo en mi soledad, te veo en cada respirar, te siento en cada pestañar, te extraño en cada andar. Y en mis sueños apareces una y otra vez. No controlo lo que pienso, no controlo lo que siento, y en las sombras te reflejas, en el aire te reflejas, en la arena te reflejas. Quiero mirarte y decirte todo lo que hay dentro. Quiero narrarte este cuento donde los sentimientos son reales, donde lo ficticio parece tan vulnerable, donde los colores son admirados, no creados. Quiero hacerte entender mi largo viaje, los vacíos en mi interior, los tachones y borrones en mi corazón. Quiero abrazarte y sorprenderte, ser el par de tus pasos, vivir de tu mano, amar de tus labios. Quiero verte sonreír y vestir de ese verde vida, donde crecieron mis sueños alguna vez, donde han muerto tus recuerdos, donde las cenizas de mi estadía se echaron a volar en una laguna, donde nuestras manos alguna vez se juntaron.

Necesito sentirte, no me basta con imaginarte, no me basta con alucinarte, no me basta con recordar y sentir esas sensaciones más allá de lo físico. No me basta con extrañarte, no me basta con poder hablarte, no me basta mirarte y no abrazarte, no me basta escucharte y no callarte con un beso, no me basta amarte y no tenerte. No me basta amarte y no tenerte. No me basta amarte y no poder demostrártelo. No me basta amarte y haberte perdido. No me basta nada, si no estás conmigo.

3.11.09

Una vez más

Estaba sentada al filo del cemento. Los pies levemente tocaban la madera de ese pequeño puerto, como rozando una rosa con suavidad, como flotando sobre una nube frágil, frágil como el suspiro de las palabras que rondaban su mente. Tenía los brazos cruzados sobre sus rodillas. Sentía frío en sus extremidades. Aquel viento que cruzaba desde el otro lado del horizonte, lograba sutilmente hacer bailar sus cabellos en el cielo, como esa danza que comienza y nunca acaba, linda al reflejo eterno del agua.

Su mirada apuntaba hacia abajo, fijándola en el medio de sus dos pies. No decía nada. Mi doncella se quedaba mirando en el medio de sus dos pies. Las luces se reflejaban como linternas en el agua. Los pájaros no volaban cerca, los árboles hacían sonar sus ramas, creando una sinfonía que adornaba nuestros tímpanos más allá de los motores de los autos.
Parecía ser algo fugaz. Parecía ser nuevamente lo mismo. Su mirada perdida, su silencio sonoro, mi cabeza confusa y los toques de agudos de desesperación. No movía ni un músculo. No respondía a mis preguntas. No me miraba, no me notaba, no me sentía, no me encontraba. ¿O es que quizás no me dejé encontrar?

Me daba frío. No encontré más razones para contemplarla, que el simple hecho de hacerlo. No encontré más razones para amarla, que el simple hecho de hacerlo. No encontré más razones para gritar, que el simple hecho de hacerlo. Nubes y estrellas. El cielo se tornó de un azul muy oscuro, de un negro, de un gris, de un color incoloro. La noche se volvió un cómplice más de la tortura. Diez minutos en silencio. ¿Me quieres matar?.

Apretó sus pies a la madera del pequeño puerto. Cerró los puños de sus manos como quien guarda rabia por años. Sacudió su cabello de adelante para atrás, alzó la mirada. Contemplando el espectáculo no sé cuándo tiempo pasó, mas llegué a entender que el tiempo que duró fue más de lo que pensó.

Una vez más la sentí en mis manos, en mis brazos, en mis labios, en mi lengua, en mis piernas, en mis caderas. Una vez más volé por los aires, besé el arcoiris, nadé con las nubes, bailé con las estrellas, canté con las aves. Una vez más calmé mis pensamientos, susurré a tu oído, desahogué mis penas, grité mis sentimientos, compuse mi sinfonía. Una vez más soñé con una laguna, contigo y con el espacio que nos rodeaba. Una vez más desperté con lágrimas, con un vacío y batallas mentales.

Una vez más me detuve a pensar, a matar, a morir.

19.10.09

Nunca Dejará De Luchar

Se despertó y caminó cruzando la delgada luz tenue que lo alumbraba. No pensó en nada, sólo se dejaba guiar por el previo conocimiento del local. Llegó hasta la cocina, donde comenzó a hacer un pequeño ritual preparando un té, la infusión que más disfrutaba. Hirvió el agua, se sirvió un poco y equilibró el calor con algo de agua del bidón que siempre tenía en casa. Abrió la puerta de ese estante viejo, que soltó un destello de sonido agudo, típico de películas antiguas de terror. Fue entonces que se precipitó a tocar con la mano todo lo que había dentro. Sin darse cuenta, hizo caer una pequeña taza que se encontraba al borde del estante, y fue el ruido lo despertó más, los pedazos de porcelana en su pie lo hicieron reaccionar, las luces que comenzaba a ver lo hicieron recordar, y aquellas voces comenzaron nuevamente a retumbar.

Siempre pensó que las cosas las hacía mal. Y los de adentro se lo hacían siempre recordar. Cansado, miró hacia los pedazos rotos en el piso y con sumo cuidado caminó hacia el depósito a sacar una escoba. Barrió y barrió, como si no fuera su casa, como si alguien más estuviera por entrar, alguien a quien él quería sorprender, a quien él no se cansaba de esperar. Las luces de los autos de la calle lo confundían, se sentía medio drogado, medio dormido, medio borracho. Escuchó un ruido fuerte a las afueras de su casa, vivir en una de las avenidas más transitadas de Lima nunca ha sido muy silencioso, y en la rápida reacción, se percató que en el reloj encima del microondas marcaba las cuatro de la mañana.

Hacía tiempo que no le pasaba esto. El insomnio se había curado con las pastillas que le recetaron, pero al comenzar a tomar aquellas otras contra la depresión debió dejarlas. Las noches se le hacían insoportables. El día ya no acababa a la hora de dormir, soñar era casi imposible, todo era siempre lo mismo, historias en su mente que pasan una y otra vez, mirando a todo aquel oscuro vacío en su cuarto, aquel oscuro vacío en su mente y en su cuerpo.

Así se sentía, vacío. Según su psiquiatra era sólo una reacción normal al trauma que acababa de sufrir, pero que junto con la sugerencia de no salir de casa para evitar nuevos sucesos, el estrés, la depresión y la ansiedad sólo hacían más presente la rabia y la impotencia de no poder cambiar las cosas. Ya tuvo traumas pasados relacionados con el tema, pero nunca algo como lo que había ocurrido aquella noche, la peor que había llegado a vivir.

Entre oscuros desvíos de su mente, las pastillas se terminaron. Estaba inquieto, depresivo, con la rabia en los ojos, llorando y golpeando paredes, impotente y ansioso. Las historias que creaban aquellas voces en su mente se hacían insoportables. No podía seguir viviendo dentro de ello, tenía que acabarlo, quería acabarlo e irse lejos de ahí. Quería hacer desaparecer a todos aquellos que le quitaron su vida, a aquellos que lo aislaron del mundo, a aquellos que lo hicieron volverse su única familia, su único amigo, su única voz.

No pensaba en nada más. Aquella noche la tenía siempre presente. Aquellas sombras aniquilándolo se repetían una y otra vez, y él se veía, aprisionado, sin poder moverse, sin poder hacer nada, envuelto por la impotencia de alguien que lo cogía de las manos, mirando y mirando, observando cómo se llevaban su vida, cómo la sangre corría, cómo sus gritos atravesaban sus tímpanos, observando cómo moría a cada segundo, cómo los otros se reían, cómo el amor se transformaba en llanto, cómo la única persona que acompañaba su sombra se esfumaba de este mundo, cómo es que su corto cabello se estrellaba una y otra vez contra el piso, como una pelota que rebota, como un foco que se estrella contra una pared y estalla, estalla, estalla y no vuelve a armarse nunca más.

Voces y más voces. "Estás sufriendo de una depresión post-traumática. Es normal en estas situaciones, tienes que aprender a ser fuerte. Te recetaré unas cuantas pastillas para poder mejorar tu estado de ánimo, tranquilo, todo se llega a superar. Sólo recuerda que has estado expuesto a muchos medios en estos últimos días, tómate un descanso de todo, no salgas a la calle ni recibas visitas, la policía dice que va a solucionar todo el problema".

Cada ruido le recordaba a un grito más. El vacío de la oscuridad lo proyectaba a los buenos tiempos, donde la diferencia no era más que igualdad. Los destellos de luces de los carros lo espantaban, le recordaban a esos sujetos que como destellos llegaron y se lo llevaron, se asusta a cada paso que da, no se siente seguro de nada, no se siente dentro de nada.

Sentado su cabeza da vueltas. Suena el hervidor con el agua lista. El reloj marca las cuatro y tres de la mañana, poco tiempo ha pasado para tantos pensamientos. Se vuelve loco. El tiempo le parece un complemento de la vida que es inútil. Para él el tiempo sólo marca los momentos, y cada momento es algo especial. Pero cuando ya no está la persona con quién vivir momentos especiales, los momentos mueren, el tiempo muere, todo muere. Y quería así, morir junto con el tiempo y junto con él, que ya muerto luego de derramar tanta sangre en el asfalto, aparece una y otra vez invadiendo pensamientos, invadiendo los recuerdos.

Las historias bonitas las quiere volver a vivir. No quiere crear nuevas, no quiere volver a filmar nuevas, no quiere buscar tratando de reemplazar lo que ya tuvo. ¿Qué iba a hacer? ¿Cómo reaccionar cuando se llevan a tu alma gemela? ¿Amar es sufrir tanto? Preguntas y voces. Todo retumbaba en su mente, todo cambiaba de color a tonos fríos, a tonos grises, negro. Preguntas y voces. "Hijo, las cosas tienen siempre alguna otra solución para la gente buena, tú no sé cómo llegarás a la casa del Señor, pero si sigues por ese camino nada te irá bien, acabarás en el infierno como ese, tu compañero. Recapacita."

Voces y más voces. "Eres la vergüenza de la familia. Ahora sales en los medios. ¿Qué crees que dicen de nosotros? Cuando tú sales a hablar, hablas por toda la familia ¿Qué pensarán las personas? ¡Que somos una familia de disfuncionales! Una de esas modernas que alteran el núcleo familiar de como debe ser de verdad. ¿Qué dirán las otras personas? Que pobrecito ese chico, tuvo que ver morir a su 'pareja'. ¡Lástima! ¿Es eso lo que querías? ¿Querías que todos tengan lástima de ti y de tu gente y por eso te respeten? Ahora lo lograste, tienes la lástima de todos los demás y a unos sujetos que sólo tratan de hacer un bien a la sociedad, a punto de ir a la cárcel. ¿Es eso lo que querías? ¿Estás satisfecho siendo el punto de atención dejando mal el nombre de la familia? ¡Ahí tienes! Si quieres vivir siendo así, una vergüenza para todos, pues hazlo lejos de mí, lejos de mi familia, ya suficiente daño nos has hecho. ¡Sólo mira a tu madre cómo llora todos los días! ¡Ya! ¡Largo!"

Voces y más de las estúpidas voces. "Y tú, chico ¿Viste todo lo que pasó?. ¿Qué? ¿Ellos lo golpearon porque estaba de la mano contigo? Ja ja ja. Por favor, es imposible que sea sólo por eso, de seguro él los provocó con algo, tal vez se les insinuó, tú sabes, como ustedes siempre hacen. ¿Qué? ¿Me estás diciendo mentiroso? Todos ustedes son iguales, porque salen a meterse donde no deben creen que merecen los mismos derechos que los que sí somos normales. ¡Deberían mandarte a un centro para curarte! O meterlos a todos en una isla aparte. Sólo nos causan más problemas, ensuciando la sociedad, nos hacen perder el tiempo en casos como este. ¿Por qué me miras así? ¿¡Ah!? Oye chico, tú a mí me respetas ¿entendido? Yo digo lo que quiero y te trato como lo que eres, un enfermo. Ahora ¡Largo! Que tenemos que investigar qué hizo tu compañerito para provocar a estos chicos."

Algo tenía que hacer que todo parase. Algo debía de lograr hacerlo huir de esas voces, hacerlo despertar en otro lado donde las cosas puedan mejorar, algún lugar donde las personas comprendan el significado de amar y de ser amado, donde las apariencias no generen prejuicios, donde los estereotipos no existan, donde verdadéramente se llegue a una paz. Quería huir y no despertar.

El reloj daba las cuatro y diez.
Letras y más letras.

"Lo siento mamá, lo siento papá. Seré la vergüenza de la familia una vez más, y el Señor no me permitirá entrar con él, pero al menos sé que yo logré superar los prejuicios, llegar a ignorar lo que pensaban los demás, vivir por mí y para la persona a la que amo; llegar a reír y llorar de felicidad; superar los malos ratos con un hombro donde apoyarme; comprender que el ser feliz no es estarlo, sino sentirlo; pude descubrir la magia de una sonrisa, y el poder de una caricia; pude encontrar la chispa de un buen convivir, y la maravilla que es estar enamorado; pude sobrevivir a una tragedia y llorar ante mi sombra; pude sonreír con una lágrima y aún querer despertar para ver el siguiente día. Y todo esto para mí es suficiente como para llamarlo vida. Descubrí que el poder de amar va más allá que solamente respirar juntos, es quedarse a su lado toda la eternidad.
Perdónenme.
M."


La silla estaba tirada en el piso. La cuerda la sacó del desván donde guardaba sus cosas. Esa camisa celeste a rayas era la que le iba a regalar aquella noche, en la celebración de su cuarto aniversario. Esos zapatos los lustró para el funeral. El reloj en su muñeca izquierda marcaba las cuatro y quince, y el cuerpo levemente se tambaleaba. No había más oxígeno. No había más gritos, no había
 más voces. Un papel escrito sobre la mesa, y un corazón partido que se unía con su otra mitad en la gran y misteriosa eternidad. 



El amor nunca dejará de luchar.

4.10.09

Sangra Impotencia

"Le aturdían las cosas. Como un mosquito en la oreja que no deja de zumbar, como una aguja en la piel que inca lentamente cada vez más. Todo le jodía. El dinero se hizo cómplice de sus depresiones, de sus arranques de ira, de sus nudillos sangrando y de sus ojos con lágrimas. La impotencia de no poder hacer lo único que quería por una falta del principal elemento de nuestra sociedad consumista le hizo derivar pensamientos en ataques de rabia, frenando el carro justo antes de poder golpear a la mosca, como cuando lanzas ese puñete a la pared y a menos de un centímetro del golpe lo paras. Esa energía acumulada en el puño regresa en uno sólo para no causar estragos. Como un agujero negro, todo se lo traga. Todo se lo queda. Todo, hasta aquello que no quiere.
Se desenvuelve en lágrimas y en llantos, en puños y batallas mentales, en rabia y desgano. Se desenvuelve en sufrimientos y tonos sarcásticos, en ver la vida con ojos de aquel que ha sido engañando, de ese perdedor que lo tenía todo y ahora lo perdió. Se desahoga tratando de limpiar pensamientos, pero aquella escoba ya no limpia, esa aspiradora ya no aspira, y el mango de aquella brocha sólo sirve para golpearse la cabeza una y otra vez hasta que sangre, hasta desaparecer.
No puede controlarse, en su mente sólo divaga la misma frase de 'las cosas malas le pasan a gente buena', y se queda preguntando un vez más.. "¿Tal vez, no sea yo gente buena?" Y se excusa en ello para pensar en matar. Se excusa en ello para poder decir que el golpear está bien. "No soy gente buena" Se excusa en ello para poder en su mente aniquilar lo que no le gusta, ir de una forma violenta e imponente a desarrollarse como lo que es, no gente buena.
Con el cuchillo en las neuronas, con la pistola en la sangre, con el puño en los huesos; se desvela una y otra noche buscando el punto débil, buscando el momento exacto donde el puño ya no se detenga a un centímetro de la pared para no dañarla. Esperando ese segundo donde el mundo se termina de partir en dos, donde los nudillos terminan sangrando otra vez, porque las incontables veces pasadas el dolor no sanó, el dolor no sanó en ese momento y no sanó después. ¿El dolor sanará ahora? Ahora ha de sangrar más. Ahora ha de romper más. Ahora ha de quebrar y llorar en el desenfreno por poder gritar. Ahora ha de sentir una vez más que la impotencia no se puede controlar. Ahora ha de destruirlo todo para volver a comenzar.
Hoy los nudillos quieren sangrar.
Y su mente está perdida. Está perdida y no la puede encontrar. Está impotente frente a esa pared, que no se quiere quebrar. Sólo queda roja, roja de su sangre, roja de su ira, roja de toda su angustia y tristeza. Roja, como ha quedado toda su mano, rota y dolorosa. Rojo, como ha quedado todo su pasado, roto y doloroso.
Porque parece que nada nunca fuera a cambiar."

20.9.09

Abrázame una vez más.





"Sólo quiero sentirme en tus brazos otra vez, abrazada a ese sentimiento con todo tu calor, con toda tu energía puesta en la mía, amarradas a una luna que nos protege de la prohibición. Quiero quemar mis huellas en tus manos, sentir tu cuerpo hundirse ante el mío, quedarme expuesta a tu sana sombra, donde mis angustias parten hacia el vacío, donde es mi felicidad que por algún tiempo llega a reinar. Quiero expresar magia y algo de este súbito fervor que renace en mis venas, atrévete a dejar salir ese deseo que se muere por vivir, esas ansias que sólo piensan en existir, esos pasos ciegos que das al irte riendo con las luces de las estrellas. Deja salir esos murmullos en mis oídos, esas caricias en mi cuerpo, esos cantos a mi espalda. Quiero verte sonreír una vez más, como los días donde los pájaros nos cantaban y tu alegría era toda la mía. Sólo quiero sentirme en tus brazos otra vez, dejando atrás todo mal rato que he podido tener, reemplazándolo con lo mejor que he llegado a tener en algún momento: tu amor. Déjame desatar tus nudos y tus nubes, déjame hacerte notar la hermosura del sol, déjame entregarte algo más que calor, como ese abrazo que me repartes al sonreír, como esas caricias que lanzas al viento y caen en mí, como tus besos que sólo me miran y hieren al partir."

25.8.09

Días grises




"Continúo pintando ideas en mi mente, queriendo aprender los acordes de la melodía que día a día te pueda hacer sonreír, como el compás que le das a tus labios cuando besas, como el sonido que levemente generan tus cabellos con los míos, como el dulce roce de tu piel con la mía, como el atardecer por el que vuela esa ave que nos vio alguna vez siendo sólo una persona. Como aquellos momentos donde tu mano se confundía con mi cuerpo, donde las palabras sólo sonaban para aquellos que no pueden escuchar, donde el sudor de nuestros cuerpos hacían la magia del comunicar. Continúo queriendo deletrear las incontables veces que me enseñaste a amar, las mil y una formas en las que te sentí besar, las tardes frente a esas estrellas que no dejaban de brillar. Continúo queriendo saber por qué tiene que pasar el tiempo sin que te tenga a mi lado, sin poder abrazar de nuevo tu sombra, ni poder estar al tanto de tus respiraciones. Continúo queriendo saber por qué tengo que aprender a olvidarte, por qué tengo que seguir andando sólo con la cabeza en la imaginación, imitando aquellos días donde sabíamos que mirándonos sólo íbamos a sonreír, donde no importaba quien más miraba si eran nuestros ojos los que cruzaban nuestras vistas, donde sólo tres estrellas nos sonreían, donde de un día al otro dejaste toda esa vida de lado, donde fue la humedad la que se hizo cargo de soltarlo todo. Ahí, donde tu risa se transformó en silencio, donde las aves dejaron de cantarnos. Ahí donde tu sombra se separó de la mía. Ahí, donde creo que fue que murió mi vida."




Días grises..
Pero el cielo aún de color..





[Sé que aún no pongo la tercera parte del cuento de abajo, pero aún no lo acabo.. Lo siento.. Pronto, pronto]

25.7.09

Dichosos Seis [II]

[Leer la primera parte en el post de abajo]


Lo recuerdan como si hubiese sido ayer. Ayer, cuando eran aún jóvenes de apenas unos veinti y tantos años, dispuestos a encontrar y experimentar muchas cosas nuevas, todo aquello que esté a su alcance, o incluso eso que no lo está. Tiempos aquellos de diversión y de estar sometidos a una responsabilidad casi nula, tiempos donde sólo todo era controlado por sus impulsos y placeres, y la razón salía a flote muy de vez en cuando, en casos extremos, por así decirlo. Aún sentían que había sido ayer, aquella noche que los cambió por completo.

Habían aceptado el plan de Miguel, extrañados por haberlo hecho, se dirigieron hacia aquel lugar. El frío había crecido aún más, la neblina estaba densa y cubría casi todo su campo visual, a unos metros más adelante no se podían divisar bien las cosas. Entraron por ese callejón cerca a la casa de Diego, estaba todo oscuro y sucio. El sonido de las ratas y los mendigos retumbaban en las largas y mugrientas paredes de ladrillos. El olor era casi insoportable, como carne de rata podrida, envuelta en todo el hedor de basura suelta y almacenada por meses. Era un escenario que daba hasta miedo. Los seis se protegían las espaldas, uno nunca sabía cuándo un loco podría venir por detrás y clavar algún puñal.

Pedro prendió otro cigarrillo, era el que se veía menos convencido de ir a ese lugar, pero aún así siguió al resto, casi por no aguar el ánimo de los demás. Entraron a un otro pasillo que conectaba con ese callejón, donde la ruta ya era un poco más iluminada, y los dealers estaban parados en cada ladrillo fumando un cigarro y ofreciendo todas las drogas que tenían para vender. Siempre con la cabeza en alto y haciendo caso omiso a los vendedores, salieron de ese pasillo para llegar finalmente a la calle que tanto buscaban. La calle Minerva.

No había mucha gente caminando por ahí aquella noche. Estaban las bellas señoritas o señoritos que se ganaban un poco de dinero brindando sus servicios calientes de placer y diversión para quien se les cruzara. Ellos no fueron una excepción. 'Acepto hacer tríos, babies', se escuchaba a la izquierda, proveniente de una figura femenina muy bien dotada, pero con un voz algo gruesa que delataba la verdad del asunto. 'Nenes, hoy hago promoción dos por uno, gustan? No soy cara", se escuchaba por la derecha. Los ojos de los dichosos seis se desviaban con cada silueta bien formaba que llegaban a divisar, entre un poco de risas y comentarios a voz baja, se aproximaban más a su punto de encuentro.

Pedro se quedó observando aquella puerta. El cartel de entrada había cambiado desde la última vez que había ido. La puerta se veía más antigua y la pintura se caía de a pocos por la humedad que siempre está azotando a Lima. Todas las residencias eran muy parecidas. De lejos cualquiera podría decir que son sólo casas antiguas, aquellas que recuerdan a Lima como la ciudad colonial que fue, aquel pasado Español que la envolvió por mucho tiempo, tanto en su arquitectura como en sus costumbres. Pero fueron esas costumbres las que se apoderaron de los locales. Y fueron esos locales los que se hicieron costumbre para otra gente.

Daniel pidió para pensarlo una vez más. Parados frente a esa puerta, donde todos guardaban el gran recuerdo de la noche en la que se volvieron más amigos, los dichosos seis, aquella noche donde todos se dieron palmadas en los hombros felicitándose, se habían vuelto hombres. Ahora parados en frente una vez más, todos vieron el cartel cambiado, todos recordaron esos momentos, todos se dijeron a sí mismos una vez más que iban a entrar, todos menos Pedro. No estaba convencido. No quería repetir lo de aquella noche, historias que nunca contó a sus amigos, sólo les dijo lo que querían escuchar. No sabía qué hacer. Si se echaba para atrás estando tan cerca, los demás iban a reclamar, les iba a arruinar la noche que tanto se veía en sus ojos que anhelaban. No podía quedar mal, eran sus amigos. Finalmente dijo que sí por fuera, pero moría por decir que no por dentro.

Tocaron la vieja puerta y con un chillido de aquellos de película de terror, se abrió delicádamente. Un humo recargado de una combinación afrodisíaca de olores y sabores los remeció de golpe, y una señorita con un cuerpo voluptuoso y una gran sonrisa miró a los seis de pies a cabeza. 'Pasen chicos, están en el lugar correcto para satisfacerlos'. Dijo mirándolos fijamente con una voz muy sensual y seductora. Era alta y de piel morena. Llevaba un exceso de maquillaje común entre aquellas personas, una blusa de gran escote y una falda que sólo llegaba a cubrir mitad de las nalgas. Utilizaba zapatos de punta con un taco fino y muy alto, de colores fuertes para siempre llamar la atención. Mientras más se les acercaba, más se llegaba a notar aquella manzana de Adán que los saludaba cachósamente tratando de seducirlos con su regular subi y baja.

[Continuará...]

23.7.09

Dichosos Seis [I]

Era un día de lluvia. No había ningún rayo de sol golpeando las cabezas. Todo estaba nublado, y para ser Lima, esas pequeñas gotas de agua que caían del cielo era un lluvia significativa. Bajó las escaleras para terminar de alistarse. Se acomodó el cabello una vez más, agarró las llaves de la casa y con un cariñoso beso en la mejilla se despidió de su abuelita. Se acomodó la chaqueta una vez más y salió a enfrentarse al frío y húmedo invierno de Lima.

Comenzó a caminar hasta el punto donde siempre se encuentra con sus amigos. Pasó la mano por sus bolsillos y sacó una cajetilla de Lucky Strike, los rojos, siempre tenía una a la mano, pero esa vez se dio cuenta que sólo le quedaba un cigarrillo. Irritado por el reciente descubrimiento, se apresuró a encontrar su encendedor para antes que el intento de lluvia mojara por completo el cigarrillo. Trató una vez, trató otra vez, el encendedor no tenía casi nada de bencina y eso lo irritó aún más. Paró en un kiosko en unas de las esquinas. Se acomodó la chalina y le pidió a la señora que por favor le prestara el encendedor. Aprovechando un poco el fuego para poder calentarse la manos, prendió el cigarro y botó el humo con placer, era uno de sus grandes vicios. Sacó la billetera y revisó el sencillo que tenía, por suerte había conseguido algo de dinero y se aventuró a comprar otra cajetilla de veinte cigarrillos, no podía pasar el resto de la noche sin ellos.

El frío se hacía más intenso, y por fumar se le iba bajando la presión, estaba casi temblando pero quería otro cigarrillo. Recordó que no tenía bencina en el encendedor, y se tuvo que aguantar una cuadra más hasta llegar a sus amigos. Los divisó a lo lejos, ya estaban reunidos y esperaban a uno más. Pidió un encendedor prestado y pudo encender el cigarrillo por fin, estaba nuevamente en su vicio.

Conversaron sobre todo como siempre, hasta que llegó aquel faltante, entonces comenzaron a planear lo que harían esa noche. Jorge, conocido como el Gordo, se lanzó a proponer un plan para la noche, pero nadie más acordó. Daniel, dijo para continuar la tradición, fumar un poco de marihuana y luego salir a caminar por ahí. Miguel le agregó unas cuentas cervezas a la historia, y los cuatro restantes acordaron.

Caminaron unas cuadras más hasta el punto donde casi siempre se juntaban para fumar. Hernan sacó la pipa y Daniel le pasó aquel contenido verde, ya preparado para ser consumido. Comenzaron en la ronda de la alegría, como la llamaban, y uno a uno fue llenándose de ese humo cargado y denso. Daniel, el Gordo, Miguel, Hernan, Diego y Pedro, quien se prendía un cigarrillo más de su nueva cajetilla de Lucky Strike. La ronda continuaba, y la preciada joya verde se iba terminando. Nadie estaba al cien por ciento dentro de sí mismo, y eso era algo que les encantaba. Sintiéndose como en las nubes y riéndose de cualquier cosa que ocurría a su alrededor, los dichosos seis siguieron caminando hacía un encuentro con el destino que no se esperaban.

Entre carcajadas y luces, Pedro ya iba por la mitad de su cajetilla de cigarrillos, y aguardaba como todos a saber qué era lo que iban a hacer luego. La noche caía cada vez más, y la oscuridad los abrazaba. Estaban con frío, buscaban algo para poder calentarse un poco. Iban a consumir las cervezas que habían propuesto, pero para variar al momento de juntar el dinero, fueron pocos los que querían aportar, y el monto recaudado no era suficiente. Alegres y medio perdidos, decidieron buscar otro plan para realizar. Fue entonces cuando a Miguel se le ocurrió una idea. Lo dijo casi de broma, pero la reacción de todos fue casi unánime. Ya tenían un plan para poder realizar.



[Continuará...]

19.7.09

Pequeña

Al levantarme ese día sentí que podría ser distinto. No me sentía tan bien por las constantes oleadas de frío que habían estado azotando el lugar donde me encuentro, pero aún así, para variar, decidí prender la computadora y sentarme a revisar mi correo. Fue hasta una sorpresa encontrar un mail suyo. Y más aún fue cuando leí aquellos versos escritos con rabia y sufrimiento, con dolor y odio. Me preocupé. Estando tan lejos donde estoy, me era imposible ir a buscarla o verla, tenía sólo que esperar a que se conectara.

Pasaron horas y charlamos. No había más por escuchar. Estaba sentada donde siempre se sentaba. Descanzando un rato para luego seguir ensayando más. La coreografía aún no estaba terminada, iba recién un minuto de cinco que tenía que completar. Se cansó de tanto trabajar en que todo salga bien, y se sumergió una vez más en pensamientos redundantes. Quería detener todo por un segundo.

Escuchó las cosas golpearse. Escuchó ruidos y gritos, reclamos. Escuchó la luz desaparecer con cosas quebradas, y a la magia correr con cada chillido. Estaba cansada de lo mismo una vez más. No quería aparecerse ante ese ser que sólo le criticaba, que sólo la dejaba abandonar sus sueños y sus expectativas.
Ella escuchaba los gritos una y otra vez, pero se hacía la desentendida. Las palabras entraban y salían de su mente, nada se quedaba; pero aún así, todo esto le aturdía.

Subió a su cuarto de princesa y se encerró. Entre el rosado y su pasado de niñez, se echó a soltar lágrimas. Sólo lágrimas caían, y la tristeza la invadía. No había llanto, no habían lamentos ni quejas, sólo lágrimas. Caían por su rostro y levemente rozaba con sus labios. No habían ruidos. Todo había cesado y ella sólo escuchaba el salpicar de cada gota en su ropa.

Su mente comenzó a divagar en todo lo que acababa de suceder. Rodeada de su colección de zapatos, que alguna vez le reafirmaron su importancia por lo superficial, cogió la primera hoja y el primer lapicero que tuviera a la mano, y empezó a escribir. Escribía lo primero que le venía a la mente, lo primero que le salía de su ser. No soltó llanto ni gritó reclamos. Sólo escribió lo que sentía en ese momento, así fue como se expresó.

No quería releerlo. No quería volver a ese pasado. Quería dejarlo todo ahí y salvarse en ese día, como que nada nunca hubiera pasado. Trató de borrar sus pensamientos y prendió la música una vez más. Tenía que continuar ensayando.
No podía seguir con aquel mismo movimiento en las caderas mientras pensaba en todo. Tenía la mente revuelta y no sabía que hacer. Bajó a prender la computadora y comenzó a tipear lo que había escrito antes. Escribía sin prestar atención a lo que decía, para no tener que recordarlo una vez más. Escribió todo y luego escribió mi dirección de correo para enviarlo.

Recuerdo con un poco de dificultad la primera vez que nos hablamos. ¿Quién iba a pensar que podríamos terminar así? No había cómo más decir que quería estar a su lado, levantándole el ánimo con cada gesto que le hago, haciendo que ría cuando quiera llorar, despertándola a la realidad cuando vuela mucho más allá. Y sé que es ella quien puede ahora agradecer que me llegue a quedar por allá.

No llevaba mucho tiempo en la universidad, y yo le llevaba un año de estudios. Aunque nunca ha sido tanto, trataba de ayudar en todo lo que fuera de sus trabajos; por algún extraño motivo, se había convertido en una amiga en poco tiempo.
No soy de confiar en las personas. No confío en casi nadie. No soy de contar mis cosas, ni soy una persona que se conoce de una día al otro, o de un mes al otro, ni de un año a los cinco siguientes. Son pocas las personas que hagan que llegue a sentir confianza, y fue raro que así sucediera en poco tiempo, sobretodo con alguien con quien no comparto practicamente ningún gusto.

Seguía tratando de ensayar sus coreografías. Y una vez más se sentó a descansar. Por aquel chat social y personal (también llamado MSN Messenger) comenzó a conversar con la persona que redacta y una vez más se abrió ante ella. Entre tantas historias por poder narrar, pocas palabras se quedaron grabadas. Aquellas donde me pedía regresar allá, para que pueda hacerla reír y acompañar, para que pueda golpearla y traerla a la realidad cuando se pone a pensar en cosas que le han pasado, y personas que no saben qué es amar. Para poder romper huevos y hacer pisco sour, o simplemente mirarnos a la cara y reírnos de la nada.

Debo confesar que había pasado tiempo antes de volver a encontrar alguien en quién confiar así. Porque confío en sus palabras y le confío mis palabras. Porque puedo hablarle con libertad y sonreír ante cosas que me avergüenzan. Porque puedo discutir sobre lo que me sucede mentalmente y ella está ahí, para poder sólo escuchar, como un espejo que atrapa el reflejo y no lo deja salir, y está ahí, parado mirando, sin irse corriendo ni espantándose. Porque aprendió a entenderme, y sé que tampoco le fue tan fácil, y sobre todo, porque aprendió a comprenderme y respetarme, creo que es lo que más puedo admirar en ella.

Y debo confesar algo más. Hacía mucho tiempo que no escribía sobre este tema: amistad.

Gracias, pequeña.

18.7.09

Son demasiadas

"Y son demasiadas las veces que mis ojos se pierden en un imaginar y que las ideas vuelan hsta el más allá con las alas cortadas descienden una vez más y se estrellan contra el duro piso de cemento, contra su sombra y realidad.
Se escapan rumores y desdichas, se siembran desvanes y malicias. Y ante unos ojos cristalinos que propaga una luz intensa atravesando mi ser, todo sentimiento se divide en dos, toda felicidad permanece y toda infelicidad desaparece.
Y son demasiadas las veces que mis ojos se pierden con tu imaginar."

17.7.09

Enfermizo Parque De Diversiones

Algo fuerte.
Leer bajo su propia responsabilidad.



Estaba solita en la sala, sin saber cómo poder actuar. Los silbidos de los pájaros se atormentaban en su cabeza y sólo quería huir. Huir como huyó aquella vez de su casa, huir como huyó aquella vez de las aguas, huir como huyó aquella vez de su propia sombra, de su propio ser.
El cuchillo ya parecía parte de sí misma, parecía una extensión más de tu cuerpo. La sangre que chorreaba era cada vez más intensa, y ese olor metálico la volvía una con su propio crimen, con su propio sabor y su propio placer. No recuerda bien cómo comenzó el asunto, pero fue así como terminó todo lo que ella alguna vez quizo comenzar.

Iban saliendo por tres semanas, cuando descubrió que ella ya no quería nada. La desdicha la invadió, el odio la abrazó, las sensaciones de querer matar y despertar el mal fueron lo único que vivía con ella, no podía quedarse de brazos cruzados.
La invitó un día a ir a comer algo con sus amigos, claro, como amigas; como para comprobar que la relación podía quedar ahí nomás. Fueron por salchipapas y unas gaseosas, visitaron lugares nuevos y caminaron junto con dos amigas suyas más. Al caer la tarde se precipitó a invitarlas a su casa, que quedaba a pocas cuadras de ahí, para ver una película y quien sabe, tomar unos tragos.

Entre risas sarcásticas y la canchita por todos lados, ella dijo que ya regresaría, iría a la cocina por un poco de agua. Se levantó y abrió el cajón al lado de la refrigedora, cogió el cuchillo más filudo que tenía y caminó de vuelta sin hacer ningún tipo de ruido. Se sentó una vez más al costado de ellas y continuaron con la velada de alcohol y películas.
Los gritos fueron unánimes. Las puñaladas fueron certeras. El grosor y el filo del cuchillo cayeron exactos. Y la sangre tiñó de rojo toda la alfombra crema. Una vez, dos veces, tres veces. No dejaban de caer los golpes, no dejaba de salpicar la sangre. Los gritos eran más intensos, y como le aturdía que las demás gritaran, no dudó en cortarles la lengua y el cuello, para que no la distraigan y puedan dejar que termine su trabajo en paz.

Cayeron una por una, dejando al final su más presiada víctima. Ya con cortes en los brazos y piernas, estaba asustada. Asustada sentanda en el rincón sin decir nada, temlando del miedo, sin mirar a nadie, con los ojos bien abiertos y escalofríos saliendo de su ser. Estaba blanca, pálida, muerta de miedo.
Y así supo que tenía el control. La noqueó de un golpe en la cabeza con el mango del cuchillo. Y ya tirada en el piso, la desvistió por completo. Saboreó su cuerpo una vez más, tocando su piel, rozando los labios, sintiendo toda su esencia en el tacto y el gusto, sintiéndola a ella con vida por última vez. Luego de una ritual erótico ante aquel cuerpo aún con algo de vida; comenzó por abrir poco a poco el estómago, sacándole todo lo de adentro y de una forma cachosa, haciendo dibujos y figuras con ello. Le abrió como a un cerdo toda la piel, le quitó cabello por cabello, y almacenó toda la sangre en un solo frasco. Creó a base de los cortes, distintos diseños como si fueras tatuajes, y jugó con todo lo que había denrto de ella.

Jugó hasta no poder divertirse más. Los ojos eran canicas, los huesos hasta palos de golf. La sangre el agua de las fuentes, y cada dedo era un habitante de su nueva ciudad. La sala se volvió su parque de diversiones. Y cada vez que volteaba a ver lo que quedó de ese cuerpo, le causaba sensaciones eróticas, recuerdos e impulsos sexuales que ya casi no podía contener. La veía y la necesitaba, y para poder saciar esas ganas, jugaba una vez más con ese enfermizo parque de diversiones.

Eran las seis de la mañana y ya no sabía qué hacer. Los pájaros cantaban y la aturdían. El olor se volvió intenso y le daba ganas de vomitar. Pero se alegraba a ver su enfermiza obra maestra. Entre erotismo y mutilación, se sentía una diosa que controlaba la muerte y la diversión, la venganza y la pasión. En su cabeza daban vueltas pensamientos y recuerdos de los momentos que pasaron, y se definía cada vez más por una mayor felicidad al momento de matarla. El placer corre por sus venas y no puede dejar de sonreír. Eróticamente salvaje y enfermo. Salvajemente divertido.
Y en su sala ahora el cuchillo es parte de ella, y la sangre parte de su ambiente. Su crimen parte de su historia, y ella muerta, su felicidad entera.

9.7.09

03.14 am


"Buscaré una sombra al atardecer
Y amaneceré con el sol en el mar

Crearé un recordar del alma sensorial
Para poder escapar y pintar tu vitral

Limpiaré los vidrios
Y reconstruiré las alas
De aquellas aves que dejaron de volar
Por el placer de querer figurar

El poder de las obras de arte
Que yacen sobre las luces de la nube
Crean y descrean
Sienten y no sienten
Expresan y se estresan
Al crear un sin fin de emociones
Sólo suben y narran sus canciones"

4.7.09

Ese Pecado

"Necesitaba un poco de agua. La noche les había secado la garganta y esos vasos de sangría ya se habían quedado cortos. Había sido un día gris como cualquier otro de Lima, y se apresuraban rápidamente a desaparecer cualquier rastro de haber bebido, había llegado la madre a la casa.

Era la segunda vez que se encontraban, en ese rincón de seducción y confusión; se destinaban a encontrarse una vez más entre los brazos, besos y el infaltable alcohol, que en un segunda ronda las coronaba de pecadoras. El mundo desapareció tras acabarse la sangría en treinta minutos, y sólo fueron las caricias y los besos quienes formaron parte de su realidad.
La cama estaba hecha, pero se tuvo que rehacer al acabar la jornada. La laptop estaba prendida y el común chat del ciberespacio moderno estaba abierto y nadie hablaba, o tal vez sí, pero hacían caso omiso a cualquier actividad del mismo. La televisión estaba prendida, pero ninguna recuerda qué era lo que supuestamente estaban observando. Las cortinas cerradas, porque aquellos que suelen vivir a los lados eran, muy de vez en cuando, lo que algunos llaman de sapos. La noche era linda y la luna estaba llena, tenían tiempo y lo supieron aprovechar.

La excusa del aburrimiento de la tarde fue siempre la mejor elección. Una casa sin padres y dos vidas en confusión. Era la velada perfecta para poder entrar un poco en acción, bajar el estrés de una vida de universitarias y poder dar cabos sueltos al estado eufórico de la excitación.
El alcohol como gran estimulante, había ya comenzado a hacer su principal efecto; el resto de travesías se quedaron grabadas en la mente de ambas, quienes de una forma sutil supieron sobrellevar de la mejor manera aquellas sensaciones que por primera vez llegaban a sentir en sus cuerpos.

Todo era húmedo y caliente. Sólo sentían el rozar de la piel y la fricción de los labios. Sólo sentían la fricción de la piel y el rozar de los labios. Sólo sentían el cosquilleo de una pasión encerrada, que con cada centímetro más de piel que se tocaban incrementaba hasta llegar a estallar. Parecía que iban a estallar. La pasión y el calor se apoderaron de sus mentes, la excitación y la humedad fueron ahora su única realidad; la fricción y los sonidos fueron lo único a su alrededor. Se volvieron una persona. Sus mentes se volvieron una sola mente. Su piel se volvió una sola piel. Y sus cuerpos se fusionaron en un solo sentimiento.

Los rayos de la luz de la luna cruzaban lentamente los espacios de aquella cortina. Y con la iluminación de la noche, aquella dulce jornada comenzaba a llegar a su fin.
Un sonido o dos, despertaron en ellas a aquella responsabilidad de sus actos. Eran los padres, habían llegado. Ella no debería de haber estado ahí. ¿Qué iban a decir? Tenían que correr, tenían que desaparecer. Las pieles se separaron y cada mente regresó a la suya. Entre correríos un beso final antes de bajar las escaleras. "Buenas noches señora, ya me estoy yendo". Concluyendo la noche más especial de todas. Aquella noche donde la confusión se iba de las memorias, dando paso a la única seguridad de sus sentimientos. El pecado coronado por aquél ocurrente destino."


Texto: Mi mente

30.6.09




Imaginando..

Sólo imaginando


"Un, dos, tres
Al derecho o al revés
Flores por aire
Desvíos por inquietudes
Una mente, dos mentes
Audífonos que no saben cómo sonar
Un celular que no sabe vibrar
Y estos ojos que no saben mirar
Una cabeza que imagina
La imaginación creada en sí
Una utopía que invade
Invade en el arte de cegar
Invade en el arte del hablar
Una sonrisa o un parpadear
Suficiente para no dejar de soñar"

26.6.09

Utopía

Y busco un modo para poder envolverme en las cosas, para poder sacar este sabor amargo de mi boca y poder encontrar el dulce de los pétalos. Sin alguna decisión en la mente, me mantengo mirando la misma luna una noche tras otra, iluminando mis ideas con más y más pensamientos utópicos, donde la belleza adquirida es la pura irrealidad, y los sentimientos de deseo y algo de agonía, representan a mi realidad. Una ola de impotencia se adueña de los sueños, frustrándome en lo más oscuro de mi mente, atándome con cuerdas a una silla de donde intento escapar. Un hueco mira nuevamente hacia lo que sería mi mirada, se enfoca en mí y no dice nada, se enfoca en mí y no siente nada. Vuela y desvela a la artista de la noche, con telas y lentejuelas, baila al son de un tambor diferente. Tras el agua del desierto y el manantial que revive, se divisan las nuevas avispas dispuestas a atacar. Caballero, saquemos el escudo, que esta batalla será luchada a pecho con espada. Y con el corazón en los labios, las luces del frente se van desvaneciendo, y esas manchas en el vientre son marcas de una caricia, y es el recuerdo que se nos queda presente, porque la belleza que había adquirido fue nuevamente una pura puta irrealidad.

18.6.09

Un, dos

Y era como un cuento
Aquellos que siempre terminan felices
Aquellos donde los sueños son el cuerpo y el alma
Y un suspiro cambia el rumbo de la estrella
¿Por qué se pierden las esperanzas?
Sentir es algo involuntario
Y la valentía de poder amar es incomparable
Y todo se pierde
Se deshace y se esfuma
Un adiós, dos adiós.

16.6.09

T y G





Se paró al frente. T no sabía qué decir. La había llamado para ir a hablar pero las palabras en ese momento se le fueron de la mente. Sentada en la vereda del pequeño muelle, la miró de frente. G estaba parada, con las piernas separadas, dejando espacio para que ligeramente las piernas de T puedan estirarse. "Háblame, dime qué pasa" Le decía G, con cara ya de desganada y de cansada, luego de haber esperado en todo ese largo silencio. "Me importas mucho. Y todo lo que digas o pienses de mí me importa mucho, aunque a veces no lo demuestre. Me importa" G Bajó la mirada para verla. Con cara dudosa parecía no comprender bien lo que escuchaba. Pero al final sí lo hizo. En su mente quería negarlo, y a la vez sabía que no podría hacerlo. Se sentó en el muro del costado, a tratar de seguir escuchando. "Y, pues..." T se quedó sin ideas. Tenía tanto que decir en su mente, pero las ideas no podían arreglarse, no podían acomodarse, se escapaban de un lado al otro y se sumergían en lugares donde luego era difícil buscar. Mirando el piso tratando de ordenar pensamientos, T se vio sorprendida al sentir la caricia de una mano por su pelo, al sentir unos dedos tocando su rostro. Su cara volteó súbitamente y antes de poder parpadear sintió los labios calientes y dulces de G, quien la besó sin dudar, sin pensar, sólo sintiendo.
Entre tanta intensidad T volvió a sonreír, y sus ideas se volvieron a ir, a escapar, ya no tenía por qué quejarse o hablar serio; tenía su beso en los labios, tenía su sabor en lengua, su querer en la piel. G sonrío, se dio cuenta de cómo un beso puede callar cosas por decir, y cómo puede creer un estado eufórico, alegre, excitante en otra persona. T se paró, y al mirarla fíjamente a los ojos la beso una vez más. Como si fuera el último beso de su vida. El calor recorría los cuerpos, el deseo se volvía intenso, las manos acariciaban los cabellos, y esos labios se chocaban intensamente. "Me importas", retumbaba en la mente de ambas.
El reloj comenzó a marcar las 10 de la noche, la noche las había consumido por completo y era tiempo de regresar a casa. Un paso tras otro, mano a mano, beso a beso, sentimientos intensos imposibles de ocultar. Se miraron una vez más, se besaron una vez más y ante lo tarde de la noche, ese beso fue el último en darse. La oscuridad las atrapó en el deseo del cuerpo, las condenó a continuar algún amor, a sumergirse en palabras con significado, a crear una gran burbuja para su querer, y a aprender a tener que decir adiós. La luna las ayudó a escapar, a terminar lo que al final nunca se pudo empezar; a tener que despedirse por amar; a aprender a saber cuándo parar.
Se separaron por sus caminos, luego de un bello adiós. Un adiós que nunca se dijo propiamente. G no era mucho de hablar, sino de escuchar, y sus sentimientos eran de aquellos que nunca se expresaban, no se sabía qué quería decir. T, por otro lado, era de decir las cosas que debía, le tomaba tiempo para poder concentrarse y soltarlo, pero terminaba haciéndolo, casi por una satisfacción propia. Y fue G quien terminó sin decir nada, sólo yéndose danzando con la luna a sus espaldas, con una sombra que le guiñaba el ojo a cualquier mujer que pasara; soltando chispas de magia que se involucraban en un nuevo amanecer, en una visita a algún viejo amor. Corría sonriendo, y su cabello volaba en el aire y sólo daba un gran adiós. T la veía, le prestaba atención, mientras por su mente pasaban pensamientos de cómo dejaba ir a aquél arcoiris, donde por primera vez sí encontró una fuente de oro. Con una mirada melancólica, no podía hacer nada más que dejarla libre, verla irse con esa luna a sus espaldas, con ese lugar que nunca más volvió a pisar. Se quedó mirándola a lo lejos, viendo cómo corren con ella todos sus sueños".






Foto: Laguna
Texto: Mi mente

13.6.09

Sueño - 07.11 am

Todo es psicológico

Desde este cansancio que siento
Hasta aquello que quiero ocultar.


Tengo sueño
Y tengo un sueño
Sueño un sueño
Vivo un cuento.

Sueña sueña
Risueña - suena
Suena el cuento eterno
Con el eterno terno
Donde una sombra se avecina
Y no es aquella vecina
Que da mil gritos
Y no se llama milagritos
Donde el tiempo camina
Pero no se anima
Y un sueño no risueño
De un cuento no eterno
Translúcido a tu mente
Muero eternamente
Ante los zapatos de mi arte
Que sólo buscan encontrarte

9.6.09

Suficiente

Suficiente
A veces sólo es suficiente.




Y muchas veces simplemente nada es suficiente.



Verdes....

7.6.09

Ajá

Dos botes da la pelota el día de hoy
Rueda sin sentido, rueda de contrario
De algún ángulo extraño, las cosas se modifican
Creas un arcoiris, vas vas vas
Te metes y sales, humo humo humo
Sensaciones y cosquilleos
Determinios, ¿En verdad?
Lluvia de deseos
Te siento, ¿Me ves?
Soy visual
Soy sensorial
Soy todo aquello que quieras que sea
Soy todo lo que nunca deseaste ser
Soy lado oscuro con máscara blanca
¿Lo soy?
Soy lo que quieres que sea
Porque no seré nadie más
Que alguien para ti
Y si seré alguna vez alguien para ti
No puedo evitar que sea algo verdadero
Y mis dedos los veo moverse rápido
Y las teclas suenan de forma más intensa
Y luces, luces y destellos
Sólo sombras y luces
Así soy yo.
Sombras y luces
Siénteme por querer
Deséame como a tu placer
No pienses que sin mí estás igual
No creas que sin mí todo será igual
Date cuenta, ¿Lo ves?
¿Y tú?
Lo desearías?

No soy más que errores y malhumores
No soy más que las decisiones que he tomado
No soy más que la química que me rodea
No soy más que la creación de aquel ser misterioso
Yo soy quien soy
No soy más que la misma evolución
No soy más que un pedazo de mi sociedad
No soy más que alegrías y desamores
No soy más que una sonrisa malgastada y una mirada mal dada
No soy más que la misma discriminación
No soy más que el mismo cambio de mentalidad
No soy más que la mirada que tú das
No soy más que todo lo que puedas pensar
Dime entonces,
¿Por qué debería de ser especial?
Despiértame
No quiero más que veas esta soledad
Sí.
Mil cosas pueden rondar por mi cabeza
Y son más mil cosas que sólo saben rebotar
Derecha, izquierda
No soy nadie más que otro más
¿Especial?
Nada.
No te das cuenta?
No soy nada
Nada
Nada

Es así cómo me ves, ¿Verdad?


Y un libro en blanco
A punto de cerrar.

5.6.09

¿Feliz?


"Vuela despacio y sube la colina
Destruye lo que nunca te hizo reír
Destruye lo que te hizo ver sufrir
¿Recuerdas aquellos días donde todo era feliz?
Y ¿Qué es lo que ves ahora?
Tu felicidad, ¿Dónde se fue?
¿Te perdiste?
Pide un aliento y te lo daré
Pide una mano y la brindaré
Mas no pidas una felicidad
Esa si no te la conseguiré
Busca con los ojos del ciego
La razón del ser feliz
Palpa y siente
Cómo tenemos suerte de poder sonreír
Vive y no huyas
No huyas
Rompe el espejo y une pedacitos
Reconstrúyete siendo aún sólo tú.
No huyas
¿No crees que puedas ser feliz?"



Un estado, una memoria
Un momento o una simple brisa.
Felicidad.
No la conocemos, pero cómo la anhelamos...

3.6.09

Cave


"As I was screaming from the bottom to the top
This cave has eaten me
That voice became an echo in my head
I'm at the point of breaking down
I'm at the point of letting it all away
'Cause I don't want to fall
I don't want to fail
Fail like every other time
Fall in..
Just fall out"

1.6.09

01 Junio


"Vive dentro de mí
Crece y se deshace
Aparece, desaparece
Da un giro o dos
Triunfa y cae de vuelta a los brazos
Se hunde y sueña
No despierta
No despierta
Sueña y vuela
Dando saltos de colores
Sueña risueña
Sin aliento, con movimiento
Baila, danza
Detén, retén
Un órgano salta
Y bombardea
Bombardea"

Shhh


"Shhh
Tú no me ves
Tú no me oyes
Shhh
Es una ilusión
Yo no estoy acá
Tú no sabes lo que ves
Shhh
No me toques
No me puedes tocar
¿No te das cuenta?
Shhh
Yo estoy dentro de ti
Sólo búscame ahí
Sólo siénteme y hazme sentir."

31.5.09

Marchito





"Y se marchitan los sueños con nuevas espinas
Y no se puede ver si se ríe o se llora
No se puede saber si escapar, escarbar o simplemente esperar
Decisiones que me enredan en un mismo pasadizo
Y las almas que rondan se vuelven espías
¿Cómo llegar a lo que quiero?
Las aves caen y el rocío del sereno me limita
Tanto por querer controlar
Y sin tener control de nada

Y se dijo una vez que todo se ha de mejorar
Y yo sólo miento
Miento a mi sombra
Miento a mi mente
Sólo no puedo mentirle a lo que siento".

27.5.09

Cosas

Y en una estación o en dos
Las cosas mutan, las cosas cambian
Y cómo es posible que cambien así.

No recuerdo el día en que todo esto comenzó. No recuerdo el día en que felicidad cambió de nombre, en cuándo un pesimismo se hizo del día a día.
Regaños y desdichas. Desilusiones y pérdidas. Obstáculos y caídas. Negro y negro.
No recuerdo el día en que las cosas cambiaron y mi alrededor se volví en una búsqueda de venganzas.
No recuerdo cuándo dejé de preocuparme por ella y las cosas se volvieron como son ahora. No recuerdo cuándo fue que toda esta culpa me invadió...

Cosas.
Cosas..

11.4.09

Dicen

Lo que pasa por la cabeza de uno viene a ser también muy mágico. Cosas, situaciones, momentos, que tal vez nunca se quieran olvidar, que tal vez uno nunca quiera recordar.
Me he dado cuenta, en mi pequeña y larga vida de 18 años y medio, que todo no es sólo de a uno. El ser humano no es uno, no es individual, no es solitario. Es un ser social. Y uno nunca va a estar bien si no se está acompañado, así no sea físicamente, saber que siempre ha de haber alguien ahí. No podemos vivir solos, y el problema es que hay personas que posiblemente no lo entiendan.. Que no se dan cuenta que las decisiones que uno toma no va a afectarnos solamente a nosotros, sino a todos los que nos rodean. Desde tomar el café o no, tomar un micro o un taxi, contestar una llamada o no, todo son detalles que siempre traer una consecuencia. Y esta consecuencia, no sólo nos afecta a nosotros, sino a todos.

Si pudieras entender... cómo lo que haces me afecta, todo podría ser mejor. Pero si en verdad lo entiendes, y aún así lo haces.. no sé qué hice para merecerme a algo así..

Haz lo que quieres que te hagan.
Respeta y serás respetado. (dicen)

8.4.09

No importan.

Y es como si mis palabras no importaran.
¿Crees que en verdad fue fácil decir todo eso en un momento?
Todo se fue como quien lo tira al viento. Todo se desvaneció como quien lo deja pasar.
No importaron mis palabras, no importaron mis sentimientos. Sólo tú elegías y sólo tú pensante en lo tuyo.
Debería de hacer eso también. Pero yo no exijo. Yo no sé exigir a otra persona algo para mí, no sé impresionar en una vida y causar un impacto. Yo sé ayudar y escuchar. Sólo sirvo de un buen oído y un hombro para llorar. Aparentemente sólo es de eso de lo que sirvo por ahora.
Nunca aprendí a decir lo que siento, nunca quise ni siquiera mostrar de alguna forma que yo siento. Pero no soy de hierro. Yo sí siento y de una forma muy fuerte.
Y así como siento felicidad y tristeza, también siento el dolor. Siento el dolor del puñal que te clavan directo en el corazón, para dejar de bombardear sangre y sentir cómo se seca lentamente tu cerebro y mueres... Sólo mueres. Duele sentir que mis sentimientos a ti te resbalan, y duele saber que de un momento al otro me olvidar como una pluma lejana. Duele saber que efectivamente esta vez el silencio tenía razón. Sólo silencio, sólo un espacio en blanco, sólo un VACÍO.
Porque eso es lo que dejas en mí. Un vacío y nada más.

Un soldado muerto más.
Sigue así karma, acabarás con todo mi ejército, y luego me cansaré de luchar.




Habían tres estrellas. Y dejaron de tintinear.

6.4.09

Lejos

Pisa fuerte hasta llegar a la luna.
Pisa fuerte hasta que te puedas estrellar.
Pisa fuerte para poder sentir lo que es pisar.
Pisa fuerte para que te duela el estrellar.
Una estrella camina por la masa de nube gris. Se agita, se enloquece, crece y estalla. Una estrella camina por la masa de nube gris. Se enciende, se transforma, tintinea y cree.
Un pájaro vuela por encima de mi cabeza. Aletea y aletea hasta que el viento despega sus plumas. Sus plumas caen sobre mí como suaves gotas, como una lluvia digna de apreciar.
El hoyo muere suavemente ante la oscuridad. No habla, no escucha, no puede ya mirar. Un hoyo muere suavemente ante la sombra de nuestro par. No habla, no escucha, porque no hay nada por escuchar.
Una idea se ilumina en mi mente. Se traga esferas intentando captar magia. Se traga luz intentado poder mirar.
Una idea se ilumina en mi mente. Crece en alta mar, crece en la oscuridad. Ilumina un camino a un pájaro, que pisando tan fuerte ve a una estrella desaparecer en el hoyo mágico de la idea.
Una mente que crea, una mente que sabe. Una mente que busca, una mente que muere. Una muerte avisada, un relámpago repentino. ¿Dónde está el torbellino? Mi casa ya se ha quedado sin piso.
Un gato sin equilibrio, pierde el día de su juicio. Un yin yang sin opuesto, pierde el laberinto de su puesto. Un encanto, una magia. Una boca que escucha y unos ojos que hablan.
La mirada de algo confundido, la confusión del mirar. El secreto de un zapato desteñido, y cómo es que el verde ha de importar.
Colores en un arcoiris, con bellas nubes tras el sol. Ilumina a la par con el ave que cruza hacia el sur, desintegrándose con la espera de un amigo. Desintegrándose con la espera de un destino.
Lejos no es un lugar ni un nido, lejos es donde ya se acaba el hilo. No importa la longitud, si se sabe el camino de regreso. No importa el tiempo ha tomar, si se sabe que siempre hay tiempo para encontrar.

06 Abril 2009

A veces dicen que querer es poder. Tratando de incentivar en la persona el hecho de seguir buscando lo que quiere, de poner presión para las cosas que se quiere ganar, se quiere generar, se quiere tener. Pero no es así. Tiendo a creer que las cosas por más que se quieran, por más que se trate, hay un 'algo' más que nos desvía, nos da vuelta en el tema, algo de lo cual somos dependientes, un suceso, un momento, un acontecimiento. Llamado tal vez destino por algunos, yo al menos no lo llamo así.
La palabra destino ya está tan masticada, la gente le pone distintos significados, y para cada quien, viene a ser algo distinto, todo recae siempre en interpretaciones. Y es que ahí está el error de hablar de estas cosas, las interpretaciones. Nunca se va a poder dar a conocer una razón única de la vida, porque siempre van a haber distintas interpretaciones. Siempre cada uno tendrá un punto de vista distinto y cada uno tendrá referencias distintas todo. Las culturas son tan diferentes, que el contexto de una persona siempre será diferente a otra, aún así sean de la misma cultura, ya que los momentos que pasa cada persona a lo largo de su vida son diferentes e influyen en la persona para volverla diferente a otra más.

Diferencia. Eso es otra cosa que las personas no entendemos. Hoy entré a la clase de Iconografía de los de tercer ciclo. Hablaban de los incaicas que habían en el antiguo Perú, creencias, religión, influencias, etc. . Y así, entre oyuquitos y ceviche, llegamos a hablar acerca de la creación del mundo, de la creación de las personas y del universo. Obviamente, cada cultura tenía un punto distinto de vista acerca de las cosas, científico, o mágico, o cualquier otro que pueda encontrarse o crearse. La profesora entonces dijo que en comparación a nuestra sociedad actual, a nuestras creencias actuales, con las de las antiguas civilizaciones, donde la religión y la fe puesta en algún dios les daba un sustento impresionante para poder elevar su civilización y su cultura. Entonces, ¿Es nuestra sociedad, incrédula y desunida, más frágil que las antiguas civilizaciones? ¿Creer a profundidad en una fuerza mayor, ayuda a mantenernos? ¿En verdad eso te da base?
Para mí, no. Como dije antes, diferencias. Yo lo veo todo como contextos distintos. En el antiguo imperio incaico, ellos no tenían tanto conocimiento como lo tenemos ahora. No habían explicaciones científicas a las cosas que pasan como las hay ahora, no tenían esa potencia de información que hay ahora. Y estas cosas son las que nos hacen pensar más allá de lo único que nos enseñan. Nos hace abrir la mente y pensar que en verdad, ¿Es importante creer? Muchos se apegan a la idea de decir 'Soy yo, y yo puedo solo' Mucho. Así como muchos se apegan a la idea de decir 'Sin Dios no puedo seguir' (sea el Dios al que se quieran referir). Todo tiende a cambiar por las influencias y los contextos en los que uno está. Nadie es igual, y las creencias tampoco lo serán. Y no puedes comparar un tipo de papa con un tipo de camote sólo porque ambos son tubérculos.

Comparación. Ese es otro tema...