Y aunque puedo pensar que lo maté, sé que algún día la reviviré. No hay infancia muerta por la mente, no hay poder oculto por el llanto. Despertaré a ser quien soy y gritaré la alegría de mi vida.
No me maté por defenderme, no me herí por abrazarme. Me levantaré por sonreír, y te amaré por poder vivir.
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